El investigador de CONICET, especialista en inclusión social, Martín Maldonado reflexionó sobre el lugar que le otorga la consideración pública a la pobreza. Se refirió a la necesidad de aplicar mediciones multidimensionales. Y a la importancia de desarrollar modelos coherentes para obtener resultados a largo plazo. “En Argentina, los modelos son versiones espurias”, señaló.
Martín Maldonado es Doctor en Ciencia Política, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas –CONICET- y especialista en Inclusión Social. Es un apasionado por descifrar los caminos que llevan a una sociedad a sufrir altos niveles de pobreza, como sucede en Argentina, y las formas de abarcarla. “Somos uno de los pocos países de América Latina que todavía mide la pobreza en términos de ingresos y carencias materiales de infraestructura. En México, Brasil y Chile avanzaron en medir otros aspectos de la vida política, económica, social y cultural que no son solamente el ingreso”, explicó Maldonado.
Esa visión multidimensional incorpora la salud psicofísica, el bienestar emocional, calidad del medio ambiente, la participación comunitaria, el acceso a infraestructura y servicios urbanos. “Es que la pobreza material no es lo único que relega a una persona a la participación en su sociedad. Y hoy no se mide de forma oficial. Los datos que produce hoy el INDEC son obsoletos”, aseguró.
Con respecto a las principales preocupaciones de los argentinos, el investigador de CONICET, asegura que –según las encuestas de opinión pública- la pobreza no asoma en los primeros puestos, recién en el noveno o décimo lugar, junto a temas como el medio ambiente, la igualdad de género y la vivienda. En cambio, la inseguridad y la inflación encabezan los trabajos. En definitiva, la preocupación por “el otro” aparece muy lejos. Según Maldonado, hace 15 años que los argentinos pensamos en cuidar “mi patrimonio”; así pensamos y votamos. Y los dirigentes lo saben. “La pobreza es relevante sólo en el plano discursivo”, destacó.
Martín se especializó en inclusión social y cuando reflexiona sobre los motivos de su elección, asegura que fue el dolor de la gente. “Cualquiera que sea indiferente al dolor del otro le está faltando un componente humano. En realidad, esta especialización me eligió a mí, y no al revés”, señaló.
Para Maldonado, los países nórdicos encontraron un saludable equilibrio entre la intervención del Estado y la dinámica del mercado para bajar los niveles de pobreza. Y aclara que las políticas sociales son simplemente un parche, “un ministerio de desarrollo social, en realidad, recoge los errores de los otros ministerios”. En la región -señaló el investigador de CONICET- existen gobiernos que apuntan a una economía de libre mercado con un “estado chico”, como Chile. O economías centralizadas en el gobierno con poco margen para el mercado. “Ninguna es mala o buena en sí. Cualquiera de los dos modelos conseguiría resultados en el largo plazo si se hace con seriedad y coherencia. En cambio, en Argentina, los modelos son versiones espurias”, definió.
Por Daniel Pardo
Foto (crédito Facebook Martín Maldonado)
MARTÍN MALDONADO. Disertó en la #MaratonComPol en La Plata donde presentó dos de los mejores hacedores de inclusión social de la Argentina